martes, 26 de abril de 2011

viviendo los tiempo malos.

El apostol Pablo, fue que dijo en los postreros tiempos vendran tiempo malos y peligrosos.
creo sin lugar a duda que estamos viviendo estos tiempos, donde vemos la apostacia mas visible que nunca en la era de la iglesia, la frialdad en los cristianos, este es el tiempo en que a lo bueno se le llama malo y a lo malo se le dice bueno, donde muchos cristianos han perdido la escencia de la santidad  y la comunicacion a Dios. nesecitamos pararnos en los caminos, volver al primer amor, la biblia dice si buestros padres siendo malos saben dar buenas dadivas a vuestros hijos, cuanto mas vuestro padre celestial dara el Espiritu santo a los que se los pidan.
Tengo buenas noticias, Dios a prometido que la gloria postrera sera mayor que la primera, que El derramaria de su Espiritu en los postreros tiempos. no hay necesidad de vivir una vida seca y vacia; cuando Dios esta derramando de su rio en este postrer tiempo, metete en las aguas a los profundo, ya sal de las aguas a los tobillo, o de las aguas en las sintura, entra y nada en el rio de la gloria de Dios, El espera que  tu de ese paso de fe, de rendirte a El por completo, dejar que el sea tu señor y tu guia, termino diciendo que la biblia dice que los guiados por el Espiritu , esto son los hijos de Dios.
Mi oracion es que tu pueda vivir en lo sobrenatual de Dios,  bajo la presencia y la guianza del Espiritu Santo en este mundo de pecado.
Dios te bendiga.

sábado, 2 de abril de 2011

Confesar a Cristo como Salvador Personal

 



Confesar a Cristo no es simplemente declarar un nombre, sino creer en Él. Podemos decir que es una acción que brota de un corazón arrepentido, que expresa con sus labios, abiertamente y con libertad, la convicción de que Jesucristo es el Señor y salvador de su vida. Confesar a Cristo, por tanto, es un acto de fe, ya que hay quienes se avergüenzan de hacerlo, porque aman más la opinión de los hombres que la gloria de Dios, ignorando que de esa confesión dependen sus vidas.

Nombrar al Señor Jesús no es sencillamente enunciarlo, sino recibir vida, anunciar salvación. Hay una promesa en ese nombre, no solo para quien lo invoca, sino también para todos los suyos. Es interesante que la palabra hebrea para confesar es yadah, la que también se traduce como “alabar” pues uno de sus significados coincide con el vocablo hebreo, halal de la cual proviene la palabra aleluya. Aparentemente, estas dos cosas parecería que no tienen ilación, pero cuando lo enfocamos en Dios, cobra sentido y vemos que sí tiene relación, si pensamos en la adoración a Dios. En esa acepción, que se refiere directamente al nombre del Señor cuando al experimentar su perdón brota una expresión espontánea de nuestro interior en la que confesamos nuestra pecaminosidad y el agradecimiento por la misericordia recibida en su salvación. La alabanza, entonces, viene como resultado de esa adoración que sentimos en nuestro corazón por nuestro Señor Jesús.
Hechos 4:11-12Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
Hechos 16:30-31
"... y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, y tu casa"

R
omanos 10:12-13
"Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo"

Romanos 10:9-10
”… que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo”